15 marzo, 2009

El Pensador

Comentarios: 0

La verdad es que parece que ese glorioso 19 de Diciembre de 2008 está muy lejos.
El 10 de este mes fuí a un acto a inaugurar una escuela, mi trabajo ahí fué memorable. Minutos después de que terminara el acto, un señor de unos 45 - 50 años, de tes morena, con bigote y pelo canoso con reflejos en negro se me acerca y me dice "Es un honor tener un Abanderado como vos que nos represente". Esa clase de cosas son las que te hacen disfrutar de este trabajo.

Pero la realidad es que ya el estrés se hace inaguantable... Matemática parece que me la llevo de cabeza, y eso que recién mañana tengo la segunda clase. Aún así, más allá de eso, los pendejos están inaguantables, ya desde el primer día terminé con un terrible dolor de cabeza, simplemente, estoy esperando la bendición de mi Diosa que parece no llegar nunca.

Hasta ese momento, aguantar como sea, pero, francamente, estoy cansado. Entregué mucha dedicación, mi espíritu está flaqueando y no sé de qué manera pedirle que continúe.

Miro hacia atrás y me encuentro con doce años de guerra a mis espaldas, sí, sobreviví, pero cada vez dejaba en el camino un poco de mi suerte, mi corazón y mi alma. A estas alturas, me cuesta seguir, ahora en el final de todo, siento que me desvanezco, no sé de dónde conseguir más Fuerzas.

Fué una docena de años bastante pesada, en especial los dos últimos donde más de una vez creí que iba a fracasar, pero en cada una de esas veces, ocurrió un milagro que me permitió seguir, como si alguien reconociese todo mi esfuerzo y todo el corazón que le pongo a mi trabajo y me arrojase una cuerda a la cuál sujetarme para volver a subir.

La pregunta que me hago es "¿Cómo terminará?". Simplemente no tengo idea, con mi experiencia, debería de saberlo de antemano. Pero estos últimos años desde 2007 se volvieron difíciles, todo es demasiado pesado, las responsabilidades parecen asfixiarme, no encuentro una salida a todo esto, pensar que este era un blog de humor en sus inicios, ya en el segundo post estaba insultando a la profesora de Lengua, tiempos memorables aquellos, espero que cuando todo esto termine, si es que algún día termina, pueda retomar el rumbo.

No hay mucho más que decir, simplemente, voy a levantarme una vez más, vestirme con mi armadura, protegerme con mi escudo de Victoria y empuñar mi Tridente para reentablar la lucha una vez más, solo espero que sea por última vez.

Saludos.-

Escrito por Leonardo Esteban el 11:11 p.m.

Comentarios: 0

Añade tu comentario