31 enero, 2010

"Por una noche sin inhibiciones"

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Sin dudas, necesitaba un descanso... esos cinco días fueron pacíficos, reveladores y significativos.
"Por una noche sin inhibiciones" dije, alcé el vaso hasta su cenit y bebí hasta que no quedó una gota dentro de él.
Lo que pasó después lo recuerdo vagamente, algunos otros sucesos simplemente no los recuerdo y quizás sea mejor así.
Al llegar el alba, todo palpitaba, y luego, todo volvió a la tierra de donde vino, después, solo quedó pena por mí mismo, remordimiento por mi soledad y errores cometidos en el pasado, más tarde, descansé.

A los dos días, vimos los corsos, sin dudas eran demasiado significativos, como si estuvieran especialmente dirigidos hacia mí... simplemente, no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, pero así era... el mensaje estaba claro.
Aunque en cierta extraña y bizarra manera, debo admitir que parecía un burla... pero es solo un pensamiento... no existen las casualidades, los Dioses no juegan a los dados.

El hecho es que estoy catatónico ante la situación, pero tengo que armarme de paciencia, es la única solución.

Sí... supongo que esa es la clave.

El martes a la madrugada fue lindo, muy lindo...

Escrito por Leonardo Esteban el 2:24 a.m.

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